Buscar en este blog

sábado, 30 de octubre de 2010

¡Locuras y casualidades de la vida!

¿Cómo escribir acerca de este día?
Veeengaaa, como siempre, ¡¡en el mismo modo como si lo estuviéseis viviendo!!.

Resulta que mi amigo Gonzalo me llamó ayer a las 5 de la mañana, para preguntarme si voy mañana al mensa (comedor). Yo que he madrugado me he levantado a las 1, he decidido llamarle e ir a comer con él. Lo primero que en la comida, había un viejo anciano comiendo, y se ha cambiado tres veces de sitio, aunque no hemos averiguado saber el por qué. Después de la comida, teníamos intención de relajarnos en algún sitio, pero como estoy como una puta cabra me gustan un poco las locuras, salto yo con el "típico español": 'a que no hay huevos de ir a Prato'.

Efectivamente, veinte minutos después nos encontramos subiendo las bicicletas al tren y cogiendo el destino a Prato.

A la llegada a Prato, cogimos el primer camino que vimos. No nos íbamos a parar para recibir información turísticaaaa... no no no. Donde ponía Duomo, pues para el Duomo fuimos (y encima picándonos echando carreras). Antes de llegar hacia a él, vimos el Castillo del Emperador, Castello dell'Imperatore, o simplemente Castillo de Prato. Como queríamos entrar, debíamos atar las bicicletas a algún sitio, por lo que mientras buscamos sitio, al lado de la iglesia en mi mente se me monta la imagen de Berenice y Mª del Mar sentadas en él.

No, es obvio, no era una imagen. Y más al escuchar: 'no puede ser, ¡¡no puede ser!!". Efectivamente, ellos iban a Lucca pero se tropezaron quedaron en Prato.

Tras hablar y hablar, decidimos seguir viendo el pueblo o cuidad, lo que sea, y vimos el................. el Duomo (por fin), ains. Un pequeño pegotazo al lado del que estamos acostumbrados a ver. Acto seguido, decidí (sí, cabrones, ¡que no os movíais!) marchar por algunas de las calles adyacentes a esta catedral. En una de ellas, había un pavo hombre con muestras (¡y vaya muestras!) de panceta, jamón, salchichón, pan y vino. Lo que más me ha costado meterme en la cabeza es que el pan estaba bueno, y el jamón no tenía nada que envidiar al español, ¡y el vino ya ni digamos!. Ya viendo que arrasábamos (eran muestras gratis) con todo, decidió no cortar más hasta que nos fuéramos (y aquí viene mi: 'joder, qué malos somos'...). Pero bueno, la merendona nos salió gratis.

A partir de ahí, poca cosa más interesante hicimos, salvo volver y hacer planes para esta noche.

Bueno, pirome a la ducha que esta noche va a ser muuuuuy larga.

Arriverderci!

No hay comentarios:

Publicar un comentario